Señal de la Cruz
Oración inicial para todos los días¡Oh Niño Jesús! danos abundantes gracias para que nuestro corazón, -más que en la Gruta de Belén, más que en la propia ciudad de Belén-, esté preparado para recibirte a Ti.
Infunde en nuestras almas una inocencia que sea dentro de nosotros como una antorcha ardiente, semejante a tu infinita Inocencia. Ayúdanos a amar la pureza de alma y cuerpo y que seamos verdaderamente desprendidos de todo lo que nos aleja de Ti.
Por la intercesión de María Santísima y San José, te pedimos oh Divino Niño Jesús que acojas la recitación de esta novena para alcanzar todas las gracias que tanto necesitamos. Amén.
- Presentar las intenciones
- Rezamos Padre Nuestro, Ave María y Gloria
Primer día: Anuncio del nacimiento de Juan El Bautista
Lectura del Evangelio Lc 1, 5-25
Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.
Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo’’.
Pero Zacarías replicó: “¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada”. El ángel le contestó: “Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”.
Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató de hacerse entender por señas y permaneció mudo.
Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues decía: “Esto es obra del Señor. Por fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí”.
Palabra del Señor
PrecesHermanos: Oremos fervientemente a Dios, Padre todopoderoso, para que San Juan Bautista nos ayude a “abrir los caminos” de modo que el Salvador nazca en nuestras almas y como consecuencia en nuestras familias y en la sociedad; digámosle todos: Escucha Padre nuestra oración.
- Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor la conserve y la proteja con su amor. ¡Roguemos al Señor!
- Por los pueblos de toda la tierra, para que conserve en ellos la fe y la paz. ¡Roguemos al Señor!
- Por todos los que están angustiados con diferentes necesidades, para que el Señor les dé ayuda y remedio. ¡Roguemos al Señor!
- Por nosotros, para que el Señor se digne aceptarnos como ofrenda agradable. ¡Roguemos al Señor!
- Para que podamos anunciar la Fe y ser coherentes con ella en todos los ambientes de nuestra existencia. ¡Roguemos al Señor!
- Para que nuestros hermanos fallecidos resuciten llenos de vida y de gloria al fin de los tiempos. ¡Roguemos al Señor!
Oración final para todos los díasSeñor Dios, que para librar al hombre de la antigua esclavitud del pecado enviaste a tu Hijo al mundo, concede a los que esperamos con devoción su venida alcanzar la gracia de nuestra santificación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Bendición FinalEl Señor nos bendiga y nos guarde en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Nota: Preces son oraciones destinadas por la iglesia católica a pedir ayuda a Dios en casos de necesidad pública o personal.