ORACION AL SANTO NIÑO DE PRAGA
¡O misericordioso Niño Jesús!
Conozco Vuestras milagrosas obras a favor de los enfermos...
Por eso, en vista de innumerables gracias y curaciones que
habéis... ortogado a los que veneran Vuestra santa Infancia,
recurro a Vos. Particularmente hago esta súplica a través
de la devoción representada por la estatua del Santo Niño
de Praga...He aquí que vengo suplicante y con plena confianza
exclamo: ¡O Amantísimo Niño Jesús, se es Vuestra Voluntad,
me podéis curar! Alzad Vuestra santa Manita, y con Vuestro
gran poder, libradme de todo dolor y de toda enfermedad.
HISTORIA DE LA DEVOCION AL SANTO NIÑO DE PRAGA
La devoción al Niño Jesús es tan antigua como la misma
cristiandad. Esta devoción siempre tiende a mantener vivamente
en nosotros el recuerdo del gran misterio del nacimiento de
Nuestro Señor Jesucristo.
La devoción especial al Divino Niño tuvo su origen en un
monasterio de religiosos carmelitas, en la ciudad de Praga, en Bohemia.
Este caso sucedió a principios del siglo XVII. En la ocasión
de su matrimonio, la Princesa Polyxenia de Lobkowitz recibió
de su madre, una estatua del Divino Niño. La tierra de España
había sido el origen de la estatua. Después de la muerte de
su esposo, la princesa se dedicó a las obras de caridad.
En particular, los religiosos de la Orden Carmelita en
Praga recibieron la generosa asistencia de esta princesa.
El año 1628 cuando la guerra estalló en Praga, el monasterio
de los monjes fue reducido al extremo de la pobreza.
En aquellos días, la Princesa Polyxenia se presentó a la puerta
del monasterio con su estatua, diciendo:
"¡AQUI LES TRAIGO EL OBJETO DE MI MAJOR APRECIO
EN ESTE MUNDO. HONRAD Y RESPETAD AL NIÑO JESUS
Y NUNCA OS FALTARA LO NECESARIO."
" Esta oferta de la princesa fue colocada en el oratorio
de convento, y las palabras de la princesa resultaron
proféticas. Porque, mientras que los religiosos mantuvieron
la devoción al Divino Infante de Praga, gozaron de la prosperidad.
Más tarde, en la confusión de la guerra, tuvieron que huir
forzosamente de la ciudad y no pudieron llevar consigo
esta milagrosa estatua. Mientras tanto, llegaron los invasores
al monasterio, y arrojaron la estatua milagrosa en un montón
de escombros. El año 1635, todo se apaciguó, y hubo calma de nuevo.
También regresaron los Carmelitas a su convento en la ciudad de Praga.
Uno de los monjes llamado el padre Cirilo había recibido
gran ayuda espiritual por medio de su devoción al Santo
Niño de Praga. Ahora que habían regresado, con mucha diligencia
el padre Cirilo comenzó a buscar la estatua milagrosa.
Al fin de cierto tiempo, el padre la encontró entre los escombros
donde los invasores la habín arrojado. Extasiado de alegría,
el padre Cirilo volvió a colocar al Santo Niño en su propio lugar,
en el oratorio. Un dia, mientras que el padre rezaba devotamente,
ante la estatua milagrosa, oyó una voz que le decía así:
"TEN PIEDAD DE MI Y YO TENDRE PIEDAD DE VOSOTROS.
DEVOLVEDME MIS MANOS, Y YO OS DARE LA PAZ, CUANTO
MAS ME HONRAIS, TANTO MAS OF BENDECIRE."
" Asombrado al oír estas palabras, el padre Cirilo examinó
la estatua minuciosamente. Removiendo el manto que cubría
al Divino Niño, el padre descubrió que ambas Manitas estaban
quebradas. Entre poco tiempo, fueron restauradas las Manitas
de la estatua por un devoto del Santo Niño. Desde ese momento,
todos gozaron felizmente de la paz y la prosperidad. La devoción
al Divino Niño siempre ha sido practicada por los religiosos de
la Orden Carmelita. Porque, a través de la Santísima Virgen María,
Nuestra Madre, el Divino Niño Jesús vino al mundo. Santa
Teresa de Jesús practicaba un devoción muy particular al Divino
Niño. Igualmente lo hacía la Teresita, llamada la
"Florecita de Jesús".
La Teresita veneraba al Niño Jesús con gran fervor.
¡O misericordioso Niño Jesús!
Conozco Vuestras milagrosas obras a favor de los enfermos...
Por eso, en vista de innumerables gracias y curaciones que
habéis... ortogado a los que veneran Vuestra santa Infancia,
recurro a Vos. Particularmente hago esta súplica a través
de la devoción representada por la estatua del Santo Niño
de Praga...He aquí que vengo suplicante y con plena confianza
exclamo: ¡O Amantísimo Niño Jesús, se es Vuestra Voluntad,
me podéis curar! Alzad Vuestra santa Manita, y con Vuestro
gran poder, libradme de todo dolor y de toda enfermedad.
HISTORIA DE LA DEVOCION AL SANTO NIÑO DE PRAGA
La devoción al Niño Jesús es tan antigua como la misma
cristiandad. Esta devoción siempre tiende a mantener vivamente
en nosotros el recuerdo del gran misterio del nacimiento de
Nuestro Señor Jesucristo.
La devoción especial al Divino Niño tuvo su origen en un
monasterio de religiosos carmelitas, en la ciudad de Praga, en Bohemia.
Este caso sucedió a principios del siglo XVII. En la ocasión
de su matrimonio, la Princesa Polyxenia de Lobkowitz recibió
de su madre, una estatua del Divino Niño. La tierra de España
había sido el origen de la estatua. Después de la muerte de
su esposo, la princesa se dedicó a las obras de caridad.
En particular, los religiosos de la Orden Carmelita en
Praga recibieron la generosa asistencia de esta princesa.
El año 1628 cuando la guerra estalló en Praga, el monasterio
de los monjes fue reducido al extremo de la pobreza.
En aquellos días, la Princesa Polyxenia se presentó a la puerta
del monasterio con su estatua, diciendo:
"¡AQUI LES TRAIGO EL OBJETO DE MI MAJOR APRECIO
EN ESTE MUNDO. HONRAD Y RESPETAD AL NIÑO JESUS
Y NUNCA OS FALTARA LO NECESARIO."
" Esta oferta de la princesa fue colocada en el oratorio
de convento, y las palabras de la princesa resultaron
proféticas. Porque, mientras que los religiosos mantuvieron
la devoción al Divino Infante de Praga, gozaron de la prosperidad.
Más tarde, en la confusión de la guerra, tuvieron que huir
forzosamente de la ciudad y no pudieron llevar consigo
esta milagrosa estatua. Mientras tanto, llegaron los invasores
al monasterio, y arrojaron la estatua milagrosa en un montón
de escombros. El año 1635, todo se apaciguó, y hubo calma de nuevo.
También regresaron los Carmelitas a su convento en la ciudad de Praga.
Uno de los monjes llamado el padre Cirilo había recibido
gran ayuda espiritual por medio de su devoción al Santo
Niño de Praga. Ahora que habían regresado, con mucha diligencia
el padre Cirilo comenzó a buscar la estatua milagrosa.
Al fin de cierto tiempo, el padre la encontró entre los escombros
donde los invasores la habín arrojado. Extasiado de alegría,
el padre Cirilo volvió a colocar al Santo Niño en su propio lugar,
en el oratorio. Un dia, mientras que el padre rezaba devotamente,
ante la estatua milagrosa, oyó una voz que le decía así:
"TEN PIEDAD DE MI Y YO TENDRE PIEDAD DE VOSOTROS.
DEVOLVEDME MIS MANOS, Y YO OS DARE LA PAZ, CUANTO
MAS ME HONRAIS, TANTO MAS OF BENDECIRE."
" Asombrado al oír estas palabras, el padre Cirilo examinó
la estatua minuciosamente. Removiendo el manto que cubría
al Divino Niño, el padre descubrió que ambas Manitas estaban
quebradas. Entre poco tiempo, fueron restauradas las Manitas
de la estatua por un devoto del Santo Niño. Desde ese momento,
todos gozaron felizmente de la paz y la prosperidad. La devoción
al Divino Niño siempre ha sido practicada por los religiosos de
la Orden Carmelita. Porque, a través de la Santísima Virgen María,
Nuestra Madre, el Divino Niño Jesús vino al mundo. Santa
Teresa de Jesús practicaba un devoción muy particular al Divino
Niño. Igualmente lo hacía la Teresita, llamada la
"Florecita de Jesús".
La Teresita veneraba al Niño Jesús con gran fervor.