OCTAVO DIA
Por el siervo de Dios
Hecha la señal de la Cruz, se reza el siguiente
ACTO DE CONTRICCION:
Señor mío Jesucristo, Padre misericordioso, Señor de los Rayos, humildemente postrado a tus sagrados pies, imploro tu misericordia para alcanzar el perdón de mis pecados. Es verdad que son innumerables pero, Señor, Tú dijiste que habías venido a la tierra a buscar no a los justos, sino a los pecadores. Con esta confianza, Jesús mío, espero me perdonarás todos mis pecados; me arrepiento con todo mi corazón de haberos ofendido. Lávame con tu preciosa sangre y quedará mi alma más blanca que la nieve, y por tus méritos e intercesión de tu Santísima Madre la Virgen María, te pido me concedas la gracia necesaria para amarte en esta vida y después ir a verte y alabarte en la Patria celestial por una eternidad. Amén.
ORACIÓN
Amantísimo Jesús mío, Señor de los Rayos, vengo de nuevo a postrarme a tus pies, y a pedir por el dolor que sufriste cuando clavaron tus pies y manos en la cruz, y fuiste elevado a la vista de todo el mundo, y por las amargas lágrimas que derramó tu Santísima Madre al verte pendiente del Sagrado Madero, te dignes remediar mis congojas. Dame la paz del alma que es lo que más deseo Duélete de mis angustias, Señor y sírvete concederme la gracia que muchas veces te he pedido en esta novena, renovando siempre mis deseos de que todo sea para mayor honra y gloria tuya y bien de mi alma. Amén.
Rezar los Cinco Credos, hacer la Petición y decir la jaculatoria:
El Credo Largo
Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra y gracia del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con él Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Señor de los Rayos Estrella brillante,
válganos tu Cruz,
Tu muerte y tu sangre. Amen
(Decir Peticion)
EJEMPLO
Señalado favor
En el Santuario del Señor de los Rayos se encuentra entre los muchos que hay, un retablo de fecha 9 de abril de 1895, teniendo en la parte inferior del grabado la escena, que al pie se describe, de la siguiente manera: “En el rancho de Juantón, jurisdicción del Municipio de Tlaltenango, Zac., estando en mi casa yo Francisco Delgado, se presentó como a las siete de la noche un individuo invitándome a que lo acompañase a la extremidad de un callejón que cerca de mi habitación hay y frente al cual pasa un camino. Una vez llegados a este lugar, el individuo, que aún no era conocido, se avalanza sobre mí, que estaba ajeno a cuanto se me avecinaba, me da de puñaladas, lesionándome gravemente la cabeza, costado y espalda. Grande fue mi sorpresa y la de mi familia toda; y así que en mi casa me empezaron a atender, una hermana mía, al ver el peligro de muerte en que me encontraba, sumamente afligida pero confiada, apeló a la misericordia de Dios en su bendita y Taumaturga Imagen del Señor de los Rayos, que acogió la súplica, salvándome del peligro de morir”
Ir a: Oración final para todos los días.
Oración final para todos los dias
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Poderosísimo Señor de los Rayos, Capitán valeroso de los que batallamos en la milicia de este mundo. ¡Cuántos y cuan encarnizados enemigos nos rodean! el demonio con sus acechanzas, el mundo con sus vanidades y placeres, y la carne con sus tentaciones. Tú, Señor eres nuestra fortaleza contra el infierno y todo lo que quiere perdernos! Mira ¡oh, Dios de bondad! la guerra que sin cesar se le hace a la Iglesia Santa, a tu Vicario, el Sumo Pontífice, al Clero y a todo lo bueno ¿qué hacer en trance tan apurado? Señor, si Tú nos dejas, pereceremos, si tu mano omnipotente no nos protege, por nuestra débil naturaleza, sucumbiremos, mas con tu poderoso auxilio, Señor, todo lo podemos. Danos la victoria, remedia estas necesidades, por el ardiente amor con que abrazaste la Cruz para llevarla en tus hombros; y por las amargas penas que sintió tu amorosísima Madre, la Virgen María, en tu sagrada pasión, danos también el remedio en nuestras múltiples necesidades. Así, Señor, lo esperamos de tu misericordia y bondad.
Amén.
Por el siervo de Dios
Hecha la señal de la Cruz, se reza el siguiente
ACTO DE CONTRICCION:
Señor mío Jesucristo, Padre misericordioso, Señor de los Rayos, humildemente postrado a tus sagrados pies, imploro tu misericordia para alcanzar el perdón de mis pecados. Es verdad que son innumerables pero, Señor, Tú dijiste que habías venido a la tierra a buscar no a los justos, sino a los pecadores. Con esta confianza, Jesús mío, espero me perdonarás todos mis pecados; me arrepiento con todo mi corazón de haberos ofendido. Lávame con tu preciosa sangre y quedará mi alma más blanca que la nieve, y por tus méritos e intercesión de tu Santísima Madre la Virgen María, te pido me concedas la gracia necesaria para amarte en esta vida y después ir a verte y alabarte en la Patria celestial por una eternidad. Amén.
ORACIÓN
Amantísimo Jesús mío, Señor de los Rayos, vengo de nuevo a postrarme a tus pies, y a pedir por el dolor que sufriste cuando clavaron tus pies y manos en la cruz, y fuiste elevado a la vista de todo el mundo, y por las amargas lágrimas que derramó tu Santísima Madre al verte pendiente del Sagrado Madero, te dignes remediar mis congojas. Dame la paz del alma que es lo que más deseo Duélete de mis angustias, Señor y sírvete concederme la gracia que muchas veces te he pedido en esta novena, renovando siempre mis deseos de que todo sea para mayor honra y gloria tuya y bien de mi alma. Amén.
Rezar los Cinco Credos, hacer la Petición y decir la jaculatoria:
El Credo Largo
Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra y gracia del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con él Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Señor de los Rayos Estrella brillante,
válganos tu Cruz,
Tu muerte y tu sangre. Amen
(Decir Peticion)
EJEMPLO
Señalado favor
En el Santuario del Señor de los Rayos se encuentra entre los muchos que hay, un retablo de fecha 9 de abril de 1895, teniendo en la parte inferior del grabado la escena, que al pie se describe, de la siguiente manera: “En el rancho de Juantón, jurisdicción del Municipio de Tlaltenango, Zac., estando en mi casa yo Francisco Delgado, se presentó como a las siete de la noche un individuo invitándome a que lo acompañase a la extremidad de un callejón que cerca de mi habitación hay y frente al cual pasa un camino. Una vez llegados a este lugar, el individuo, que aún no era conocido, se avalanza sobre mí, que estaba ajeno a cuanto se me avecinaba, me da de puñaladas, lesionándome gravemente la cabeza, costado y espalda. Grande fue mi sorpresa y la de mi familia toda; y así que en mi casa me empezaron a atender, una hermana mía, al ver el peligro de muerte en que me encontraba, sumamente afligida pero confiada, apeló a la misericordia de Dios en su bendita y Taumaturga Imagen del Señor de los Rayos, que acogió la súplica, salvándome del peligro de morir”
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Oración final para todos los dias
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Poderosísimo Señor de los Rayos, Capitán valeroso de los que batallamos en la milicia de este mundo. ¡Cuántos y cuan encarnizados enemigos nos rodean! el demonio con sus acechanzas, el mundo con sus vanidades y placeres, y la carne con sus tentaciones. Tú, Señor eres nuestra fortaleza contra el infierno y todo lo que quiere perdernos! Mira ¡oh, Dios de bondad! la guerra que sin cesar se le hace a la Iglesia Santa, a tu Vicario, el Sumo Pontífice, al Clero y a todo lo bueno ¿qué hacer en trance tan apurado? Señor, si Tú nos dejas, pereceremos, si tu mano omnipotente no nos protege, por nuestra débil naturaleza, sucumbiremos, mas con tu poderoso auxilio, Señor, todo lo podemos. Danos la victoria, remedia estas necesidades, por el ardiente amor con que abrazaste la Cruz para llevarla en tus hombros; y por las amargas penas que sintió tu amorosísima Madre, la Virgen María, en tu sagrada pasión, danos también el remedio en nuestras múltiples necesidades. Así, Señor, lo esperamos de tu misericordia y bondad.
Amén.