EL SEÑOR DE LOS RAYOS
NOVENA EN HONOR DE LA VENERABLE IMAGEN DEL
SENOR DE LOS RAYOS
ATRIBUIDA AL AL SIERVO DE DIOS
SR. CURA
CRISTOBAL MAGALLANES
TEMASTIAN, JALISCO, MEXICO
(((Muchos van a decir Dios esta en todo lugar. Si es Cierto pero en cierto lugares Dios a bendecido para que nuestra peticiones sean Ohidas y concedidas. Es lo que veo cuando va a uno al visitar El Señor de Los Rayos. La Imagen de Dios ahi es Bendecida.
Ahi, mucha gente pone todos los milagros que se les han concedido. Desde falta de dinero, falta de salud. Se ven ahi mailagros de personas que tenian cancer, tumores, de falta de trabajo, de que hiban a perder algo muy valioso en sus vidas. Los milagros son tantos que puede uno durar dias leyendo el agradecimiento de tanta gente.
Nuestra familia cuando le pedia un milagro al Señor del Rayos; le ofrecian un sacrificio, como entrar al templo descalsos, o ir de su casa hasta el templo sin zapatodos, o entrar al templo de rodillas, o dejar de fumar, o no beber alcohol mas, o dejar algun vicio que ofende a Dios. Otros prometen ser mas fieles y orar todos los dias, otros prometen dejar una buena lismosta en el templo de Del Señor de Los Rayos.
Siempre que recuerde, cuando el milagro es concedido. Todos van a visitar el Templo para dar Gracias en Temastian, Jalisco.
Menciono esto porque si Dios ve nuestra sinceridad El nos cocede el milagro que tanto buscamos.
Que Dios les conceda todo lo bueno que buscan en sus Vidas. Amen)))
Acerca del nombre dado al Cristo, cabe decir que en un principio y durante siglos se le llamó “Señor del Rayo”, porque según la tradición, estando los frailes predicando a los indios debajo de un mezquite, cayó sobre la imagen una centella, pero ésta no hizo daño alguno a la escultura, sólo a su cruz de madera, misma que aún se conserva en el Curato de Temastián con las huellas que dejó aquella descarga. A principios del siglo XVII, el Señor del Rayo contaba ya con una pequeña capilla. Más tarde se construiría una capilla más sólida, que habría sido destruida por una granizada a fines del siglo XIX, según informe del jefe político de Colotlán.
Fue hasta el año de 1922, cuando el capellán y benefactor, Pbro. Julián Hernández C se dio a la tarea de levantar el nuevo templo, dedicado al Señor de los Rayos. Los trabajos duraron 12 años, hasta el 11 de enero de 1934, el santuario fue solemnemente bendecido. En 1947 se concluyó la cúpula y poco más tarde la decoración y el embellecimiento de todo el recinto, el atrio y el jardín.
Origen del Nombre
Basado en las leyendas, de las cuales tal vez la más popular es la que dice que en una ocasión al Cristo crucificado le cayó un rayo que no lo dañó. Hay quienes afirman que hace muchos años, en esa región caían muchos rayos, pero que cuando llegó la imagen del Crucificado, el fenómeno cesó. Dichos relatos son muy variados en su contenido y su desenlace y no faltan aquellos que dan interpretaciones más profundas como la que al Cristo se le llama así por los rayos de luz que iluminan a los creyentes cuando su devoción es auténtica. No faltan los escépticos que aseguran que el sobrenombre se debe a los tres grupos de siete rayos que forman la corona del Cristo.
Ahora bien, los datos históricos y algunas leyendas asentadas en el libro Historia de la Venerable Imagen del Señor de los Rayos, escrito por el canónigo Luis Enrique Orozco, aseguran que originalmente a la imagen se le conocía como El Señor del Rayo hasta que, durante una tempestad que se abatió sobre un grupo de misioneros que estaban impartiendo la doctrina bajo un mezquite, un rayo cayó sobre la imagen, que no sufrió daño alguno, sólo la cruz, que por cierto se conserva en el altar principal, quedó rajada.
El Santuario del Señor de los Rayos es de cantera blanca, morada y ocre. En primer plano tiene una espaciosa plaza central, separada del atrio por un enverjado de cantera, rematado con pilastras coronadas por almenas.
La fachada frontal de la iglesia es sencilla, con una portada de dos arcos de medio punto. En el centro del arco menor está la puerta de entrada al recinto y sobre él el arco mayor, en cuya parte superior aparece la inscripción: "AGREGADA A LA BASÍLICA LATERANENSE", haciendo alusión a la basílica de San Juan de Letrán, en Roma. En ambos lados de la portada se levantan campanarios simétricos de forma cuadrangular, con ventanales, al cuatro por cada cara, y remates chapitelados.
La cúpula, por su parte, cuenta con un tambor de vitrales, rodeado de columnas de cantera que sostienen un friso terminado con elegantes almenas. El cimborrio está acabado con la tradicional linternilla, con su cupulino que remata en la cruz respectiva. El interior del santuario es suntuoso, con labrados de filigrana en la cantera. La cúpula corona la nave del templo, dividiéndolo en dos cruceros y presbiterio, para dar la forma de Cruz Latina, propia de las construcciones de la época. El altar mayor tiene un diseño muy original enmarcado por el retablo compuesto de un ancho círculo de cantera. El altar en sí es sencillo. Consta de la mesa y dos gradas que llevan al frente el mismo adorno de cornucopias, como se ve en la hornacina del crucifijo. A los dos costados, hay sendos ángeles de mármol en actitud de franca adoración.
Las fiestas tradicionales se llevan a cabo el jueves de la Ascensión y el 12 de enero. En esas fechas, la multitud es tal que las misas se tienen que celebrar al aire libre, en el atrio, pues el templo no puede dar cabida a tantos feligreses. En esos días abundan los vendedores que ofrecen alimentos, veladoras y artículos religiosos. El resto del tiempo, el santuario es tranquilo.
Peregrinaciones
En cuanto a la devoción al Señor del Rayo, los indígenas se encariñaron pronto de él, por considerar que los protegía de los rayos, frecuentes en la región. De ahí que le empezaran a llamar Señor de los Rayos, en vez de del Rayo. Hacia 1740, era importante en la región el culto al Señor del Rayo. En el siglo XIX y hasta el arribo del padre Julián Hernández, la imagen contaba con devotos desde la Sierra de Morones hasta Nayarit, en sentido oriente-poniente, y desde Monte Escobedo hasta El Teúl, en el Norte-Sur.
Posteriormente, la devoción se extendió a distintas regiones del país e incluso al extranjero, pues al fundarse la Pía Unión del Señor de los Rayos, el 29 de agosto de 1925, llegó a tener fieles devotos en Estados Unidos, España y América del Sur, hasta la Argentina, entre ellos 36 obispos y más de 100 sacerdotes.1 Hay algunos devotos que prefieren venir en automóvil para una rápida visita, mientras no pocos tardan hasta tres o más días en su travesía a pie desde lugares tan remotos como Valparaíso, en Zacatecas o Aguascalientes.2
SENOR DE LOS RAYOS
ATRIBUIDA AL AL SIERVO DE DIOS
SR. CURA
CRISTOBAL MAGALLANES
TEMASTIAN, JALISCO, MEXICO
(((Muchos van a decir Dios esta en todo lugar. Si es Cierto pero en cierto lugares Dios a bendecido para que nuestra peticiones sean Ohidas y concedidas. Es lo que veo cuando va a uno al visitar El Señor de Los Rayos. La Imagen de Dios ahi es Bendecida.
Ahi, mucha gente pone todos los milagros que se les han concedido. Desde falta de dinero, falta de salud. Se ven ahi mailagros de personas que tenian cancer, tumores, de falta de trabajo, de que hiban a perder algo muy valioso en sus vidas. Los milagros son tantos que puede uno durar dias leyendo el agradecimiento de tanta gente.
Nuestra familia cuando le pedia un milagro al Señor del Rayos; le ofrecian un sacrificio, como entrar al templo descalsos, o ir de su casa hasta el templo sin zapatodos, o entrar al templo de rodillas, o dejar de fumar, o no beber alcohol mas, o dejar algun vicio que ofende a Dios. Otros prometen ser mas fieles y orar todos los dias, otros prometen dejar una buena lismosta en el templo de Del Señor de Los Rayos.
Siempre que recuerde, cuando el milagro es concedido. Todos van a visitar el Templo para dar Gracias en Temastian, Jalisco.
Menciono esto porque si Dios ve nuestra sinceridad El nos cocede el milagro que tanto buscamos.
Que Dios les conceda todo lo bueno que buscan en sus Vidas. Amen)))
Acerca del nombre dado al Cristo, cabe decir que en un principio y durante siglos se le llamó “Señor del Rayo”, porque según la tradición, estando los frailes predicando a los indios debajo de un mezquite, cayó sobre la imagen una centella, pero ésta no hizo daño alguno a la escultura, sólo a su cruz de madera, misma que aún se conserva en el Curato de Temastián con las huellas que dejó aquella descarga. A principios del siglo XVII, el Señor del Rayo contaba ya con una pequeña capilla. Más tarde se construiría una capilla más sólida, que habría sido destruida por una granizada a fines del siglo XIX, según informe del jefe político de Colotlán.
Fue hasta el año de 1922, cuando el capellán y benefactor, Pbro. Julián Hernández C se dio a la tarea de levantar el nuevo templo, dedicado al Señor de los Rayos. Los trabajos duraron 12 años, hasta el 11 de enero de 1934, el santuario fue solemnemente bendecido. En 1947 se concluyó la cúpula y poco más tarde la decoración y el embellecimiento de todo el recinto, el atrio y el jardín.
Origen del Nombre
Basado en las leyendas, de las cuales tal vez la más popular es la que dice que en una ocasión al Cristo crucificado le cayó un rayo que no lo dañó. Hay quienes afirman que hace muchos años, en esa región caían muchos rayos, pero que cuando llegó la imagen del Crucificado, el fenómeno cesó. Dichos relatos son muy variados en su contenido y su desenlace y no faltan aquellos que dan interpretaciones más profundas como la que al Cristo se le llama así por los rayos de luz que iluminan a los creyentes cuando su devoción es auténtica. No faltan los escépticos que aseguran que el sobrenombre se debe a los tres grupos de siete rayos que forman la corona del Cristo.
Ahora bien, los datos históricos y algunas leyendas asentadas en el libro Historia de la Venerable Imagen del Señor de los Rayos, escrito por el canónigo Luis Enrique Orozco, aseguran que originalmente a la imagen se le conocía como El Señor del Rayo hasta que, durante una tempestad que se abatió sobre un grupo de misioneros que estaban impartiendo la doctrina bajo un mezquite, un rayo cayó sobre la imagen, que no sufrió daño alguno, sólo la cruz, que por cierto se conserva en el altar principal, quedó rajada.
El Santuario del Señor de los Rayos es de cantera blanca, morada y ocre. En primer plano tiene una espaciosa plaza central, separada del atrio por un enverjado de cantera, rematado con pilastras coronadas por almenas.
La fachada frontal de la iglesia es sencilla, con una portada de dos arcos de medio punto. En el centro del arco menor está la puerta de entrada al recinto y sobre él el arco mayor, en cuya parte superior aparece la inscripción: "AGREGADA A LA BASÍLICA LATERANENSE", haciendo alusión a la basílica de San Juan de Letrán, en Roma. En ambos lados de la portada se levantan campanarios simétricos de forma cuadrangular, con ventanales, al cuatro por cada cara, y remates chapitelados.
La cúpula, por su parte, cuenta con un tambor de vitrales, rodeado de columnas de cantera que sostienen un friso terminado con elegantes almenas. El cimborrio está acabado con la tradicional linternilla, con su cupulino que remata en la cruz respectiva. El interior del santuario es suntuoso, con labrados de filigrana en la cantera. La cúpula corona la nave del templo, dividiéndolo en dos cruceros y presbiterio, para dar la forma de Cruz Latina, propia de las construcciones de la época. El altar mayor tiene un diseño muy original enmarcado por el retablo compuesto de un ancho círculo de cantera. El altar en sí es sencillo. Consta de la mesa y dos gradas que llevan al frente el mismo adorno de cornucopias, como se ve en la hornacina del crucifijo. A los dos costados, hay sendos ángeles de mármol en actitud de franca adoración.
Las fiestas tradicionales se llevan a cabo el jueves de la Ascensión y el 12 de enero. En esas fechas, la multitud es tal que las misas se tienen que celebrar al aire libre, en el atrio, pues el templo no puede dar cabida a tantos feligreses. En esos días abundan los vendedores que ofrecen alimentos, veladoras y artículos religiosos. El resto del tiempo, el santuario es tranquilo.
Peregrinaciones
En cuanto a la devoción al Señor del Rayo, los indígenas se encariñaron pronto de él, por considerar que los protegía de los rayos, frecuentes en la región. De ahí que le empezaran a llamar Señor de los Rayos, en vez de del Rayo. Hacia 1740, era importante en la región el culto al Señor del Rayo. En el siglo XIX y hasta el arribo del padre Julián Hernández, la imagen contaba con devotos desde la Sierra de Morones hasta Nayarit, en sentido oriente-poniente, y desde Monte Escobedo hasta El Teúl, en el Norte-Sur.
Posteriormente, la devoción se extendió a distintas regiones del país e incluso al extranjero, pues al fundarse la Pía Unión del Señor de los Rayos, el 29 de agosto de 1925, llegó a tener fieles devotos en Estados Unidos, España y América del Sur, hasta la Argentina, entre ellos 36 obispos y más de 100 sacerdotes.1 Hay algunos devotos que prefieren venir en automóvil para una rápida visita, mientras no pocos tardan hasta tres o más días en su travesía a pie desde lugares tan remotos como Valparaíso, en Zacatecas o Aguascalientes.2