Septimo Dia
Por el siervo de Dios
Hecha la señal de la Cruz, se reza el siguiente
ACTO DE CONTRICCION:
Señor mío Jesucristo, Padre misericordioso, Señor de los Rayos, humildemente postrado a tus sagrados pies, imploro tu misericordia para alcanzar el perdón de mis pecados. Es verdad que son innumerables pero, Señor, Tú dijiste que habías venido a la tierra a buscar no a los justos, sino a los pecadores. Con esta confianza, Jesús mío, espero me perdonarás todos mis pecados; me arrepiento con todo mi corazón de haberos ofendido. Lávame con tu preciosa sangre y quedará mi alma más blanca que la nieve, y por tus méritos e intercesión de tu Santísima Madre la Virgen María, te pido me concedas la gracia necesaria para amarte en esta vida y después ir a verte y alabarte en la Patria celestial por una eternidad. Amén.
ORACIÓN
Amorosísimo Pastor de las almas Señor de los Rayos, Benignísimo Señor, que buscan las ovejas que se han separado de tu redil y andan lejos de Ti en los pastos venenosos del pecado. He aquí a tus plantas prosternada en tierra la más ingrata de ellas, invocando tu misericordia y protección.
¿Te negarás a recibirme?
¡No, Señor, ya veo tus brazos abiertos para conducirme a tu aprisco!
¿Cómo podría yo dudar, si es inmenso el raudal de tus bondades?
¿Podrás Tú dejar de escuchar los ayes lastimeros del que te invoca?
Dame tu amor y aliméntame con tu gracia. Te lo ruego por las tres caídas que dio tu Sagrado Cuerpo en el camino del Calvario y por el inmenso dolor que sintió tu Purísima Madre al verte arrastrado por el suelo. Concédeme lo que te pido, si es para mi salvación. Amén.
Rezar los Cinco Credos, hacer la Petición y decir la jaculatoria:
El Credo Largo
Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra y gracia del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con él Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Señor de los Rayos Estrella brillante,
válganos tu Cruz,
Tu muerte y tu sangre. Amen
(Decir Peticion)
EJEMPLO
Deteneos hoy algunos instantes delante de Jesús Crucificado, y con atención particular, escuchad la voz de su Sangre destilada por cada una de sus Llagas. ¿Qué os dirá? os dirá lo que Jesús un día a Santa Lutgarda “Mira, mi amada Lutgarda, cómo mis Llagas claman a ti, para que mi Sangre no sea derramada en vano” ¡ Ah! Lo que estas Llagas gritan por la voz de esa Sangre, es que tanta Sangre ha sido vertida en vano y sin fruto para el bien de las almas: lo que claman es que las perlas preciosas de la Divinidad han sido arrojadas a animales inmundos bastante atrevidos para hollar la Sangre del Divino Verbo hecho hombre; lo que claman es que ninguno ama al Salvador, que cada uno de vosotros tiene impreso sobre su corazón con caracteres de Sangre. Despertad, pues, a esta voz; aplicad esa Sangre sobre vuestro corazón, y sed agradecidos al que la ha derramado. (Surio, en la vida de Sta. Lutgarda).
Oración final para todos los dias
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Poderosísimo Señor de los Rayos, Capitán valeroso de los que batallamos en la milicia de este mundo. ¡Cuántos y cuan encarnizados enemigos nos rodean! el demonio con sus acechanzas, el mundo con sus vanidades y placeres, y la carne con sus tentaciones. Tú, Señor eres nuestra fortaleza contra el infierno y todo lo que quiere perdernos! Mira ¡oh, Dios de bondad! la guerra que sin cesar se le hace a la Iglesia Santa, a tu Vicario, el Sumo Pontífice, al Clero y a todo lo bueno ¿qué hacer en trance tan apurado? Señor, si Tú nos dejas, pereceremos, si tu mano omnipotente no nos protege, por nuestra débil naturaleza, sucumbiremos, mas con tu poderoso auxilio, Señor, todo lo podemos. Danos la victoria, remedia estas necesidades, por el ardiente amor con que abrazaste la Cruz para llevarla en tus hombros; y por las amargas penas que sintió tu amorosísima Madre, la Virgen María, en tu sagrada pasión, danos también el remedio en nuestras múltiples necesidades. Así, Señor, lo esperamos de tu misericordia y bondad.
Amén.
Por el siervo de Dios
Hecha la señal de la Cruz, se reza el siguiente
ACTO DE CONTRICCION:
Señor mío Jesucristo, Padre misericordioso, Señor de los Rayos, humildemente postrado a tus sagrados pies, imploro tu misericordia para alcanzar el perdón de mis pecados. Es verdad que son innumerables pero, Señor, Tú dijiste que habías venido a la tierra a buscar no a los justos, sino a los pecadores. Con esta confianza, Jesús mío, espero me perdonarás todos mis pecados; me arrepiento con todo mi corazón de haberos ofendido. Lávame con tu preciosa sangre y quedará mi alma más blanca que la nieve, y por tus méritos e intercesión de tu Santísima Madre la Virgen María, te pido me concedas la gracia necesaria para amarte en esta vida y después ir a verte y alabarte en la Patria celestial por una eternidad. Amén.
ORACIÓN
Amorosísimo Pastor de las almas Señor de los Rayos, Benignísimo Señor, que buscan las ovejas que se han separado de tu redil y andan lejos de Ti en los pastos venenosos del pecado. He aquí a tus plantas prosternada en tierra la más ingrata de ellas, invocando tu misericordia y protección.
¿Te negarás a recibirme?
¡No, Señor, ya veo tus brazos abiertos para conducirme a tu aprisco!
¿Cómo podría yo dudar, si es inmenso el raudal de tus bondades?
¿Podrás Tú dejar de escuchar los ayes lastimeros del que te invoca?
Dame tu amor y aliméntame con tu gracia. Te lo ruego por las tres caídas que dio tu Sagrado Cuerpo en el camino del Calvario y por el inmenso dolor que sintió tu Purísima Madre al verte arrastrado por el suelo. Concédeme lo que te pido, si es para mi salvación. Amén.
Rezar los Cinco Credos, hacer la Petición y decir la jaculatoria:
El Credo Largo
Creo en un solo Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra y gracia del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con él Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Señor de los Rayos Estrella brillante,
válganos tu Cruz,
Tu muerte y tu sangre. Amen
(Decir Peticion)
EJEMPLO
Deteneos hoy algunos instantes delante de Jesús Crucificado, y con atención particular, escuchad la voz de su Sangre destilada por cada una de sus Llagas. ¿Qué os dirá? os dirá lo que Jesús un día a Santa Lutgarda “Mira, mi amada Lutgarda, cómo mis Llagas claman a ti, para que mi Sangre no sea derramada en vano” ¡ Ah! Lo que estas Llagas gritan por la voz de esa Sangre, es que tanta Sangre ha sido vertida en vano y sin fruto para el bien de las almas: lo que claman es que las perlas preciosas de la Divinidad han sido arrojadas a animales inmundos bastante atrevidos para hollar la Sangre del Divino Verbo hecho hombre; lo que claman es que ninguno ama al Salvador, que cada uno de vosotros tiene impreso sobre su corazón con caracteres de Sangre. Despertad, pues, a esta voz; aplicad esa Sangre sobre vuestro corazón, y sed agradecidos al que la ha derramado. (Surio, en la vida de Sta. Lutgarda).
Oración final para todos los dias
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Poderosísimo Señor de los Rayos, Capitán valeroso de los que batallamos en la milicia de este mundo. ¡Cuántos y cuan encarnizados enemigos nos rodean! el demonio con sus acechanzas, el mundo con sus vanidades y placeres, y la carne con sus tentaciones. Tú, Señor eres nuestra fortaleza contra el infierno y todo lo que quiere perdernos! Mira ¡oh, Dios de bondad! la guerra que sin cesar se le hace a la Iglesia Santa, a tu Vicario, el Sumo Pontífice, al Clero y a todo lo bueno ¿qué hacer en trance tan apurado? Señor, si Tú nos dejas, pereceremos, si tu mano omnipotente no nos protege, por nuestra débil naturaleza, sucumbiremos, mas con tu poderoso auxilio, Señor, todo lo podemos. Danos la victoria, remedia estas necesidades, por el ardiente amor con que abrazaste la Cruz para llevarla en tus hombros; y por las amargas penas que sintió tu amorosísima Madre, la Virgen María, en tu sagrada pasión, danos también el remedio en nuestras múltiples necesidades. Así, Señor, lo esperamos de tu misericordia y bondad.
Amén.